No me decido. Pensando un poco en todo lo que me ha pasado en este año 2004, no sé como catalogarlo. Agridulce podría ser un termino que se acercase a lo que siento. Hay días en que te sientes como en un anuncio de compresas en los cuales todo te parece bonito y positivo. En un día de esos, 2004 me parecería una gran cosecha.
Pero hoy no es un día de esos. Hoy estoy agobiado, me siento sólo y todo me parece una mierda. Y le hago un repaso al año y veo como la carrera que estoy estudiando (mejor dicho, a la cual estoy matriculado -no faltemos a la realidad-) parece que este en punto muerto y no se vaya a acabar nunca, veo como en un trabajo donde es imposible sentirse realizado no me van a hacer indefinido en la vida porque siempre pondrán una excusa u otra, veo como (aunque sea involuntariamente) he hecho daño a seres queridos… Y quizás lo peor es que hago más bien poco para cambiar las cosas. Me estoy volviendo un acomodado y me da asco.
Y pasan los días, las semanas, los meses, los años… y cada vez tienes más miedo de que se te este pasando el arroz. Y este miedo te aterroriza y te paraliza. Y cuanto más lejos ves tus sueños, lo que te gustaría hacer y lo que te hubiese gustado ser, menos haces para buscar tus ideales. Y miras a tu alrededor y ves cantidad de gente que con menos posibilidades que tu, se han esforzado y han llegado más lejos… y sientes rabia. Rabia de ti mismo. Rabia de haber desaprovechado oportunidades. Rabia de haberte echado a perder.
Yo no quiero ser más rico que los demás, ni más famoso, ni más guapo, ni tener más éxito… yo sólo quiero ser feliz. Pero claro, cuando uno es especialista en cagarla pues se dificultan las cosas sobremanera. Y no voy a hacerme promesas de que voy a cambiar, estudiar como nunca, ir al trabajo con ilusión y no agobiarme de cualquier cosa o de cualquier persona a los cinco minutos… no me voy a hacer promesas porque no creo que vaya a cambiar. La gente no cambia. Uno puede madurar, ver las cosas bajo diferentes prismas, cambiar su punto de vista sobre algún tema… pero uno siempre es la misma persona.
Pero bueno, aún cuando me encuentro de lo más deprimido siempre acabo viendo, en algún lugar u otro, algún atisbo de luz que me hace recuperar la sonrisa y las ganas de tirar para adelante. Y la verdad es que pensándolo solamente un poquito, estos atisbos de luz han sido bastante numerosos este año…
He tenido la posibilidad de hacer un viaje fantástico con tres fantásticos amigos a Nueva York; después de varios años, he podido volver (y por dos veces) a Vitoria dónde como siempre me lo he pasado en grande y gracias a mis amistades de allí me siento como en casa; fui a Salamanca (gracias Stif por haberme convencido en acompañarte), conocí a gente cojonuda y fue genial; he descubierto (aunque sólo fuesen unas horas) lo entrañable y bonita que es la ciudad de Paris; aunque las cosas no son como antes, me reconcilié con So (que duro se hacía el no hablarle); en la uni, después de mucho tiempo sin quedar, lo hemos vuelto a hacer y, como no podía ser de otra manera, ya tenemos ganas de repetir…etc etc… La verdad es que pensándolo bien, tengo tantas y tantas cosas en las que pensar para no dejar de sonreír que se hace un poco ridículo el ponerse melodramático… y aunque sé perfectamente que no voy a cambiar, al menos intentaré ver siempre las cosas desde un lado positivo… al fin de al cabo, tampoco cuesta tanto… ¿no?
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louis bertignac - ces idées-là
Mejor... no sé. Lo dejaremos en que voy haciendo.
Aunque claro luego me regalan para navidad la camisa que tu y yo sabemos y como para no estar deprimido...