I feel like a ghost from a stranger


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Tras un tiempecillo sin hacerlo aquí os dejo un cacho de peli. En esta ocasión se trata de "Las reglas del juego" que me compré hace un par de días en la fnac sin haberla visto y la verdad es que esta bastante bien.
En esta escena, Victor, uno de los personajes del film, resume en menos de cuatro minutos como ha sido su viaje a través de Europa... Es un poco largo pero es, como mínimo, original...


"Cogí un vuelo charter a Londres y aterricé en Heathrow, fui al centro, los albergues son para los feos, me alojé en el Home House un precioso hotel. Llamé a un amigo del instituto que vendía hachís pero no estaba en casa, conocí a dos ingleses que me llevaron a Camden Street, entré en el Virgin Megastore, compré dos CDs, seguí a las chicas que tenían el pelo rosa, di una vuelta a ver si ligaba pero se puso a llover. El Ministry Of Sound ha pasado a la historia así que fui al Remform pero era la noche gay. Conocí a la única chica hetero del club y nos magreamos en la pista, cogimos un taxi, fuimos al hotel y follamos. Conocí al mejor DJ del mundo, Paul Oakenfold, le escribí una postal a mi madre que no envié, le compré speed a un yonki italiano que intentaba venderme una bici robada, fumé muchos porros que llevaban demasiado tabaco, vi la Tate Gallery y el Big Ben, comí mucha comida inglesa rara, llovía, todo era caro, me harté y me largué a Ámsterdam.
Todos los holandeses entienden el inglés, es un alivio. Recorrí el barrio rojo, asistí a un espectáculo porno, visite el museo del sexo, fume mucho hachís. Conocí a una actriz holandesa y bebimos absenta en un bar llamado absenta. Los museos eran bonitos, habían muchos Van Goghs y Vermeers que molaban. Paseé por la ciudad y comí unos gofres riquísimos. Volví al barrio rojo, encontré una rubia tetuda que me recordaba a Lara, le pague 100 florines, me corrí entre sus tetas aunque con preservativo, después charlamos de SIDA, de su chulo marroquí y de ella misma. Un borracho cantando en la calle me despertó, eran las ocho de la mañana y hacía un calor que arrasaba. Me divertí en la estación central, alguien tocaba saxo, canté con una neozelandesa y luego me fui en tren a Paris.
Paseé por los Campos Eliseos y subí a la Torre Eiffel por sólo siete francos. Iba en metro a todas partes. Fui a una fiesta de Ford Model y estuve con una modelo rumana que se llamaba Corina, me la chupo en el Hotel Marriot de los Campos Eliseos y estuvo bien. Jugamos al billar, fuimos de compras y conduje un Ferrari que era de la familia real saudi. Me lo monté con una modelo holandesa delante del Louvre. Vi el Arco del Triunfo y casi me atropellan.
Oakey me invitó a Dublín así que fui y me alojé en el Morrison. Dublín es una pasada, Oakenfold me pidió que pinchara unos discos con él. Las chicas irlandesas son menuditas, me enrollé con una borracha, después de sobarme se desnudó para mí en el lavabo de una discoteca. Me colé en la fábrica Guiness y mangue una cerveza tan buena que al beberla me empalmé.
Tome un vuelo a Barcelona, demasiado mogollón de gente, me tome un ácido en la Sagrada Familia y fue un viaje alucinante en todos los sentidos. Subí por la costa hasta el Museo Gala Dalí pero ya no me quedaban ácidos y fue un rollo. Una novia me llamó al móvil y dejé que oyera las campanadas en Cadaqués. Cap de Creus es precioso pero allí no hay tías sólo hippies puretas de modo que me fui a Suiza y nadie tenía hora. Cogí el “Glaciar Express” y fue tan magnifico que no sé como describirlo.
Recorrí Italia y acabé en Venecia donde conocí a una chica muy guapa que hablaba inglés mejor que yo, pasaba un año con cinco dólares al día. Paseamos por los canales, me dijo que era un capitalista porque una noche en mi hotel costaba más de lo que ella se había gastado en el viaje pero no le importaba que siempre pagara yo. Me deshice de ella y me fui con una pareja que querían hacer un “ménage à trois”. Demasiada tensión pero me ofrecieron llevarme en coche a Roma y me apunte. El tráfico era horrible, pasábamos horas sin movernos. La mujer era muy rara, el tío empezó a perder la calma conmigo, era como una peli de Polanski. Paramos en Florencia donde vi una cúpula enorme. De repente, estalló una bomba y planté a la pareja. Fue lo mejor. Por fin llegue a Roma, era grande, calurosa y sucia. Era como Los Ángeles pero con ruinas. Fui al Vaticano. Es opulento hasta el ridículo. Tarde dos horas en entrar en la Capilla Sixtina que ahora que la han limpiado parece falsa. Conocí a dos menores de edad a las que intente convencer que se lo montarán ellas y yo me corriera encima, sólo conseguí invitarlas a un helado. Mi hotel tenía gimnasio. Un tío de Camden me dijo que me conocía pero seguro que era maricón y pase de él. Quise tirarme un pedo y me cague en los pantalones. En el hotel, me masturbé. Aquella noche soñé con una chica preciosa con el cuerpo delgado, me pregunto si me gustaba y le conteste que podía limpiar pescado con el. No sé que significa pero me desperté, me masturbé en la ducha y dejé el hotel.
Volví a Londres, paseé por Picadilly Circus, intercambié la camisa con una tía de Cambridge, ella llevaba una blusa Agnes B y yo un custom nacional, parecía mojigata pero en el fondo, le iba la marcha apenas me miro pero yo le apetecía. Me tome un ácido y anduve todo el día perdido en el metro. Conocí a una chica muy guapa que me dejó que me corriera encima mientras no le manchara el abrigo. Nos colocamos escuchando a Michael Jackson. Al día siguiente, me desperté hablando sólo, tenía un enorme chichón en la cabeza. Recogí mis cosas y casi pierdo el avión de vuelta. Ya no sabia quien era, me sentía como el fantasma de alguien totalmente desconocido. Y al final, volví aquí."


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bis - eurodisco


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