Lo inevitable volvió a ocurrir y un año más al pasar del 31 de diciembre al 1 de enero, hubo cambio de año. Campanadas, uvas, cava, cotillón, al salir a la calle gente por todas partes, ¡feliz año nuevo! cada 20 segundos… en fin, nada nuevo bajo el sol.

Rebobinando un poco en el tiempo y volviendo al mediodía del 31, descubrí lo que es el rally Dakar en directo. Aunque no sea un gran aficionado a este tipo de pruebas eso de que hagan la primera súper-especial en las playas de tu pueblo es una oportunidad que no se presenta cada año y aunque fuese más por curiosidad que por otra cosa me desplacé junto a Stifler y al Padrino hasta el circuito que habían montado (tardé cinco minutos andando… XDDD).
La pena es que no llegué a tiempo para las motos que, por lo visto, fue lo más espectacular… aunque lo de los camiones no tuvo desperdicio. Ahora bien, alguno de los vehículos en liza no sé bien bien que pretenden porque si ya más de uno (y de dos) paso serios apuros en esta primera mini etapa no quiero ni imaginar lo que van a sufrir llegando a África. Ellos sabrán…

Como comenté en el post anterior, para la nochevieja en sí tenía dos problemas : donde cenar y tomar las uvas tras la estampida que hubo en mi familia y decidir si salir o no al tener que entrar a trabajar a las 5h de la mañana.
Lo primero fue rápido de decidir y, al final, me fui a casa de Stif donde todo estuvo muy bien y la comida estaba buenísima (aunque eso sí, mama Stif hizo cena para 25… me sé de uno que va a estar una semana con las sobras de nochevieja)… ¡gracias tío! Además, en las campanadas, nadie se atragantó así que todo perfecto.
Y en lo otro, pues, al final, y como cada año caí irreversiblemente en la tentación y fui a trabajar empalmando. La verdad es que este año mis ganas de fiesta eran cercanas a cero pero el Padrino y su futura esposa :-P saben como motivarme… y es que si M hace el honor de estar presente entre nosotros, ¿quién soy yo para hacerle el feo de no presentarme? ¿Además hay mejor forma de empezar el año? XDDD
De todos modos, hice bien en no quedarme en casa, me lo pasé en grande y, entre otras cosas, volví a ver después de muchísimo tiempo a mi cantautor favorito, Kobe, tras su estancia en San Francisco. Ahora bien, el tío igual de payaso que siempre… Hubo más reencuentros míticos en los que destacaría los 5 minutos que estuvo Pedropeterpeio (y eso que lo fui a buscar…) con nosotros antes de que se rallase (supongo vaya porque sino lo suyo mucha explicación racional como que no), ¡que te vaya bien por Irlanda nen!
Y nada, que fue bonito mientras duro… (eso de tener que irse en pleno apogeo de la noche cada vez me jode más…).

Tenía múltiples cosas por decir pero como ahora mismo mi mente no da para más terminaré la cosa cayendo en el tópico y típico ¡Feliz año nuevo! A todos los que recuerde en estos momentos (y a los que no… pues también) os deseo lo mejor para este 2005.

PD – A los que les interesa una cuenta gmail que me lo hagan saber… tengo unas cuantas por repartir.

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quique gonzález y enrique urquijo – aunque tu no lo sepas